Psiquiatría de aficionados

Hoy traigo un tema que será fecundo entre todos puesto que nos dedicamos a él a diario: la psiquiatría de aficionados.

Esto se debe a las tres manías que tenemos los seres humanos, entre otras muchas: envidiar, juzgar sin motivo y difamar.  Cuántas veces hemos dicho y hemos escuchado, a otros, vociferar: "Estás loco". Por un "quítame allá esas pajas". Y emitimos dicho diagnóstico sin haber acabado la EGB o la Primaria, siendo unos niños, sin tener un título. Ninguno. Más que el de ser hijos de nuestros padres o el de "haberlo escuchado por ahí".

Psiquiatría de aficionados

Nos encanta, a todos, diagnosticar enfermedades, decir que una persona tiene tal o cual cosa "porque lo hemos tenido nosotros" o "porque lo hemos visto en tal sitio". Sobre todo en Internet. En cuanto a las enfermedades mentales, dicha actitud raya la histeria. En cuanto una persona se salta la norma social o "se nos cruzan los cables", la tachamos de loca. Como snobs o aficionados, emitimos, contra alguien que es capaz de actuar como nosotros nunca nos atreveríamos, un juicio difamatorio sin saber la verdad sobre su vida.

¿Quiénes somos nosotros para hacerlo? ¿Por qué? Y es más... ¿Cuándo emitimos el juicio? Posiblemente, en una voz tan baja pero ahuecada que todo el que esté a nuestro alrededor se entere bien. Si una persona lleva calcetines en verano, está loca. Si se tiñe el pelo de un color que no nos agrada, es una desquiciada. Si sus acciones no responden a nuestras expectativa, es un inane.

Consenso de "psiquiatras"

Pero vayamos al colmo o al INRI del asunto: el nutrido consejo de amigos, conocidos o gente que pasaba por allí, que corea., junto al malintencionado, la locura de la víctima, dándole la razón al difamador y difundiendo la historia.  Lo mismo da que el psiquiatra no cuestione a dicha persona porque no ve importante que se tiña el pelo o se ponga calcetines si sabe mantener la realidad en su sitio y salir adelante. No es importante. La sociedad ha dictaminado y ese diagnóstico va "a misa".

Cuántas personas han fallecido asesinadas por semejantes falacias. Porque hoy son "locos" pero antes fueron "brujas", "prostitutas" o "cristianos". También fueron "herejes" o militares que habían "desertado" o cosas similares. En cuanto el envidioso pone su pupila verde de bilis sobre su víctima, ni los mismos jueces pueden desestimar su juicio y cae la condena. 

Cuándo aprenderemos a pensar antes de hablar. Y a saber escuchar. Poder discernir lo que estamos oyendo, tomar unas cuantas opiniones más, sobre todo de expertos y dilucidar si es cierto o no. Como el uso de los tres filtros de Sócrates: si un dicho es bueno, verdadero y útil. Más de un "dictamen" o de un "juicio" mal emitido iría a la basura del subconsciente junto con el veneno envidioso del difamador. 

Pero nadie se ha parado a pensar: "a ver si el loco de verdad es el que se hace pasar por psiquiatra, juzgando, difamando y diagnosticando enfermedades, sin tener acabada ni la educación más básica". Porque se ha de ser orate para hacer semejante cosa.


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